
Braquiterapia: el nuevo tratamiento implantado en las Islas Canarias
Los hospitales de las Islas Canarias han comenzado a implantar en sus pacientes un nuevo tratamiento de radiación contra los tumores: la braquiterapia.
Así, aunque el hospital universitario de Canarias ha sido el pionero en implantar este tratamiento, pronto lo harán el resto de hospitales del archipiélago, como el hospital en Fuerteventura.
Con motivo de esta innovación, en el artículo de hoy, vamos a conocer en profundidad en que consiste la braquiterapia, qué tipos existen y cómo funcionan.
¿En qué consiste exactamente la braquiterapia?
La braquiterapia es un tipo de radiación que se usa para tratar el cáncer. También es conocida como radioterapia interna ya que el material radiactivo se encuentra dentro del cuerpo, lo más cerca posible del tumor.
La ventaja de este tipo de radiación es que usa dosis más altas y éstas están localizadas en la zona exacta. Esto permite la llegada de radiación a otros tejidos ajenos al tumor.
¿Qué tipos de braquiterapia existen y cómo funcionan?
La braquiterapia puede ser de dos tipos: permanente o temporal. En este apartado, explicaremos la diferencia entre cada uno de ellos y cómo funcionan.
1. Braquiterapia temporal
En primer lugar, hablaremos de la braquiterapia temporal. Se trata de aquella donde se coloca un aparato que administra radiación dentro del tumor. Puede ser un catéter, un aplicador o una aguja.
El médico, mediante ayuda de imágenes, coloca la fuente de radiación en una cavidad del cuerpo o en los tejidos. El primer caso sería un proceso intra cavidad y el segundo un proceso intersticial.
Una vez colocado, existes dos tipos de tratamientos diferentes. Por un lado, los tratamientos con dosis bajas, conocidos también como LDR, que administran radiación durante 20 y hasta 50 horas; y, por otro lado, los tratamientos con dosis altas, conocidos como HDR, que emiten radiación durante 10 y 20 minutos.
Así, mientras que el tratamiento con HDR se suele realizar en el mismo centro de salud, el tratamiento con LDR requiere de ingreso hospitalario.
Cuando el tratamiento de radiación llega a su fin y es completado, el médico quita el aplicador del cuerpo de paciente.
2. Braquiterapia permanente
Y, en segundo lugar, comentaremos en qué consiste la braquiterapia permanente. Conocida también como implantación de semilla, consiste en insertar dentro del tumor unas agujas cargadas con semillas radioactivas.
Las semillas tienen en el tamaño de un grano de arroz y se instalan en el tumor, o muy cerca de él, de forma permanente.
Las agujas se extraen una vez las semillas se encuentran en el lugar correcto, aunque también pueden ser emitidas por un aparato que va insertándolas en el tumor en intervalos.
Sea cual sea la manera de colocar estas semillas, se hace uso de unas imágenes, que facilitan al médico la tarea, consiguiendo colocarlas correctamente, sin ningún fallo.
Cuando pasan los meses, las semillas pierden la radioactividad que contienen y pasan a tener ningún tipo de función en el organismo.
Estos son los dos tipos de braquiterapia que ha empezado a implantar el hospital de las Islas Canarias. El uso de estos tratamientos de radiación interna va a facilitar la vida diaria de muchos enfermos de cáncer, ya que evitan todos los efectos de la radiación cuando se aplica externamente.
Para terminar, vamos a comentar qué material y qué equipos se utilizan para el tratamiento.
Los equipos que se utilizan en la braquiterapia
Para la radiación interna, se suele hacer uso de iodo, cesio, iridio o paladio. Estos materiales son radiactivos y el uso de unos u otros dependerá del tratamiento que necesite el paciente.
Sea cual sea, son materiales que están en cápsulas, es decir, están encerradas en un material no radiactivo. Este hecho hace que se conozcan comúnmente como semillas. ¿Por qué se hace esto? Para evitar que la radiación se extienda a otras partes del cuerpo.
Así, una vez encapsulada la radiación en la semilla, se utilizan distinto equipos para insertarlos en el tumor.
Por un lado, si se trata de un implante permanente, se hará uso de un aplicador especial. Normalmente, mediante imágenes por rayos X o mediante ultrasonidos, el médico ve con precisión donde colocar este aplicador.
Y, por otro lado, si son implantes temporarios se usarían, catéteres o agujas. En este caso, se mira primero el lugar exacto donde colocarlo y después se inserta la fuente de ración.
El oncólogo es el que se encarga de insertar o quitar estos materiales y equipos, ayudándose siempre de las imágenes. Estas permiten observar donde ubicar el material, pero también de dónde sacarla.
Los ordenadores juegan, además, un papel muy importante en este tratamiento de radiación ya que piden la cantidad necesaria de dosis que emite la semilla y el tiempo exacto en el que hacerlo. De esta manera, se evita el fallo humano y se mantiene un control de la radiación.